El gremio estaba cerca de la puerta norte por lo que ahora debía de caminar en dirección opuesta para llegar al centro. A partir de mañana debía de conseguir un cochero. Me evitaría el tener que caminar.
La plaza de la ciudad estaba abarrotada de gente. En este mundo no existía el entretenimiento aparte de bardos que cantaban en las tabernas y los prostíbulos. Por lo que este tipo de espectáculos públicos eran bien recibidos por el pueblo.
- Mi señor lo hemos estado esperando. Por favor déjeme mostrarle el camino.
Volteé la mirada y vi a una guardia femenina de rodillas apoyando su lanza en el piso y apuntando al cielo. Esta era la etiqueta básica para un guardia. Además de eso logró reconocerme. Cosa que no hizo ningún otro guardia.
Le hice un gesto a la mujer para que se ponga de pie e inmediatamente comenzó a caminar. Mientras me conducía a la tarima aprecié sus grandes nalgas que no podían ser ocultas por la armadura. Sus pechos tampoco estaban mal y posiblemente estén entre una C o D. Intenté recordar detalles sobre ella, pero no existía ninguno en mis registros.
No conocer a un guardia era algo normal ya que eran muchas personas y un noble no necesitaba tratar con ellos. Decidí hacer una nota mental para que se convierta en mi escolta.
Tendría que informarle a Frededrick que me llevaría a esta chica. Su rostro también era muy lindo con rasgos finos. Con curiosidad usé evaluar para descubrir su nombre.
Nombre: Lena Von Olmos
Raza: Humana
Edad: 18
Clase: Espadachín
Nivel: 6
Estadísticas
Fuerza: 16
Defensa: 14
Agilidad: 20
Inteligencia: 20
Encanto: 27
Habilidades:
Manejo de la espada nivel 1, esprintar nivel 2, Tajo descendente nivel 1.
Talentos:
Erudita de la espada.
Su estado me sorprendió gratamente. Al parecer esta mujer tiene talento. Sería una buena gema para pulir y para calentar mi cama. Me lamí los labios solo de pensar el sabor de su sangre. Esta mujer lucia muy sabrosa a mis ojos.
Miré de nuevo su estado y esta vez noté que llevaba un apellido. En este mundo tener un apellido era señal de la nobleza. Los plebeyos no podrían portar un apellido. Inmediatamente pensé en el apellido Olmos. A mi mente llegaron los recuerdos de Milton y finalmente lo entendí.
La familia Olmos era una familia de barones quienes recientemente fueron destruidos en una disputa. Se dice que fueron aniquilados. No pensé encontrarme con un miembro de esa familia acabada en mi ciudad.
Lena se detuvo y dijo.
- Mi señor ya llegamos.
Inmediatamente alcé la mirada. Efectivamente habíamos llegado a la tarima. Tosí un poco para recomponerme. Vi la cara de Lena algo roja. Debió notar mi mirada. No me importaba su reacción o si me malinterpretaba por lo que avancé y subí a la tarima mirando a cientos de ciudadanos reunidos.
- Mis queridos ciudadanos. Hoy estamos aquí reunidos para la ejecución publica de los criminales que si hicieron pasar por sirvientes y asaltaron la tesorería del territorio robando lo que le pertenecía al pueblo. Yo Merlín Von Diluc, marques de este territorio, anuncio que la ejecución publica ha iniciado.
- ¡OHHHHHHHHHHHHHHHHH!
Todos los ciudadanos vitorearon lanzando maldiciones a mis antiguos sirvientes. Algunos incluso lanzaron tomates y huevos a Greta. En cuanto a los otros sirvientes también recibieron algunos tomates, pero el odio era menor. Era algo natural ya que los crímenes más graves fueron para Greta.
Los guardias acostaron a los dos sirvientes masculinos en una mesa de madera donde sus extremidades fueron separadas y atadas. Inmediatamente uno de los guardias me entregó una lanza. Mi plan era que sus muertes sirvan de ejemplo para todos los ciudadanos creando algo de miedo en sus corazones y al mismo tiempo mostrar mi carácter.
Inserté la lanza desde la entrepierna. Ambos sirvientes gritaron, pero sus gritos no salían debido a las mordazas en sus bocas. Todos los hombres sin excepción se agacharon y cubrían sus entrepiernas como si hubieran sido ellos los afectados.
Cuando creí que la lanza estaba lo suficientemente profunda hice un aviso a los guardias quienes los liberaron y clavaron en el suelo como si fueran brochetas. Los dos sirvientes no pudieron resistirse en lo absoluto. Nadie dijo nada ante tan cruel escena.
Por otro lado, vi a Greta atacada un tronco de madera. Alrededor de ella ya había trozos de leña listos para empezar el segundo espectáculo del día. Lagrimas caían por el feo rostro de la gorda que fueron absorbidas por la mordaza. Mocos salían de su nariz cayendo sobre la leña seca. Esta vista era asquerosa. Sabia que si le quitaba la mordaza ella suplicaría por su vida con todo lo que tenía.
Un guardia me entrego una antorcha encendida lista para que la lanzara a la pila de leños. Miré por última vez a Greta y sin pensarlo más tiré la antorcha.
- ¡MMMMMMMMMMM! ¡MMMMMMMMM! ¡MMMMMMMMMM!
Greta se desesperó intentando liberarse de las ataduras. El fuego empezó a quemar sus piernas consumiendo su piel y musculo. Pus y sangre salían a borbotones con cada minuto que pasaba. Todos los ciudadanos gritaban vítores como si fueran salvajes que estaban celebrando un ritual pagano.
Algunos niños pequeños lloraban en el regazo de sus padres mientras ellos intentaban calmarlos. Esto no era el lugar en donde un niño deba estar. Esa fue la responsabilidad de los padres por traerlos a un sitio como este.
El fuego continuo su avance y las lanzas se enterraban más en los cuerpos de los sirvientes. En cuestión de horas el fuego se consumió y el cuerpo carbonizado de Greta está expuesto al público. En cuanto a los sirvientes la lanza atravesó sus corazones quitándole la vida. Incluso después de muertos la lanza perforó sus gargantas saliendo por ahí.
Di un último vistazo y dejé la escena junto a Lena.
- Felicitaciones por subir de nivel (2>5)
- El sistema de gacha ha sido liberado con éxito.