Chereads / Cultivación prohibida (+18) / Chapter 247 - Eliminatorias (V)

Chapter 247 - Eliminatorias (V)

El tercer combate de la mañana es el decisivo para Ye Bi. Lo ha dejado claro. Intentará ganarlo como sea. Lo que significa que no podrá recuperar sus talismanes y qi para el cuarto. Que es similarmente difícil. Los de la tarde deberían ser más o menos asequibles, por lo que hemos visto.

Tenía que tomar una decisión. Sabe que no puede ganar los dos. Y es mejor centrarse en uno. De hecho, hubiera ido a por el cuarto si los dos primeros hubieran sido demasiado difíciles. Renunciando al tercero, hubiera tenido tiempo de preparar el siguiente.

Como en los dos primero no ha necesitado talismanes ni gastado demasiado qi, ahora está preparada para darlo todo en este. Quizás, sus adversarios anteriores tampoco tenían esperanzas de ganar, y también se han reservado para otros combates.

–Empezad– anuncia el árbitro.

Ye Bi se mantiene en posición. Circulando el qi. Con su lanza bajo el brazo y apuntando hacia abajo. Esperando. Su adversaria también espera. Circulado el qi. En una posición semi agachada. Un brazo hacia atrás y otro hacia adelante. Sus manos empuñan unas curiosas armas semicirculares. La empuñadura une los dos extremos del semicírculo.

Durante casi medio minuto ambas se quedan quietas, esperando. En ese momento. Un talismán sale disparado de Ye Bi. Es la primera vez que empieza lanzando uno. ¿De qué tipo será? Brilla con qi. Sus runas son imposibles de distinguir desde aquí. Aunque si lo fueran, solo Yan Xiulan tendría alguna posibilidad de descifrarlas.

Su adversaria lo esquiva con facilidad. Pero otro talismán vuela en la dirección hacia la que se mueve, antes de que el primero lance la técnica que tiene grabada. ¿No está desperdiciando muchos?

Se detiene para evitar encontrase con él. Está a media distancia del impacto de los dos, que están a punto de desencadenar lo que tengan. Aunque difícilmente tendrán efecto a esa distancia, su cuerpo se cubre en una capa de qi.

Sorprendentemente, la propia Ye Bi toma la iniciativa y se abalanza hacia ella. No la he visto nunca ser tan agresiva.

Su adversaria no puede sino enfrentarla directamente. A ambos lados, están a punto de llegar los talismanes, así que no puede esquivarla.

Antes de que llegue, estalla el primer talismán. Más bien, debería haber estallado. No hace nada. ¿Le ha puesto demasiado poco qi? ¿O era defectuoso?

–¡Ah! ¡Era falso! ¡Un señuelo!– exclama nuestra joyera.

Ella tiene cierto conocimiento de runas y de cómo actúan. Quizás por eso se ha dado cuenta.

–¡Ja, Ja! ¡Bien por Bi'er! ¡Buena idea!– se entusiasma Pen.

–Una buena estrategia. Era un buen momento para hacerlo– avala Fen Huan.

Da la impresión de que ya sabía algo. ¡Y no me había dicho nada! Tendré que castigarla…

Su adversario no tiene tiempo en pensar en el talismán falso. Me pregunto cuántos de esos puede llevar. Hay un límite en los que puede fabricar, pero no tengo ni idea sobre los falsos. Aunque ahora mismo tampoco es que tenga mucho tiempo para pensar en ello.

La lanza de Ye Bi impacta contra el arma de su contrincante. ¿Algo se desprende de la lanza? De repente hay una explosión de qi frente a su rival. Ye Bi había aprovechado el choque para retroceder unos pasos, así que casi no la ha afectado. Además, ha tenido tiempo de protegerse con una capa de qi.

Su adversaria es empujada hacia atrás. Tiene daño en el escudo. Su capa extra de qi ha sido destrozada. Y debe de estar dolorida.

Ye Bi se lanza hacia ella. Usa una técnica de movimiento muy elegante. Al igual que su habitual estilo, parece estar bailando, flotando. Quizás, es una de las razones por las que tiene varios admiradores entre el público. Aparte de ser atractiva de por sí. Y tener su familia reputación. Lo mejor de ello es que su sombra se muestra extremadamente irritado cuando la animan. A ella, le divierte.

Mientras llega, lanza tres talismanes hacia su contrincante. ¿Serán falsos o verdaderos? A saber. Pero su adversaria se apresura a usar su qi a través de sus armas para cortarlos.

Justo detrás, aparecen tres talismanes más. Y ahora difícilmente podrá volverlos a cortar. Ha gastado el qi reunido, y necesita unos instantes para reunir más. Precisamente, tiempo es lo que no tiene. ¿Son falsos o los ha cargado de antemano? Las mangas del vestido de Ye Bi son largas y anchas, lo que le puede permitir esconderlo.

Su rival parece entrar en pánico. Se apresura a esquivarlos hacia la derecha. Pero su movimiento es demasiado forzado. Y no puede evitar la lanza de Ye Bi. A duras penas, logra bloquearla, pero es de nuevo empujada. Y esta vez Ye Bi no.

Ha tenido suerte de que los talismanes la hayan sobrepasado. ¿O no? ¡Son falsos otra vez! Quizás tendría que aprender a diferenciarlos. Por si se da la ocasión. Y quizás podía aprender a usar los falsos. Podrían serme útiles en el futuro. Le preguntaré otro día.

De nuevo, tres talismanes salen de Ye Bi. Uno tras de otro. Además, su rival está desequilibrada. Con el qi descontrolado. 

Esta vez, los talismanes no son falsos. Son tres explosiones de qi seguidas. Y Ye Bi aparece tras las explosiones. Está cubierta de una gruesa capa de qi que ha preparado a priori. El gasto de qi es importante. Pero le ha permitido llegar a través de la tercera explosión.

Su adversaria está totalmente desconcertada ante el fulgurante ataque. Supongo que había planeado un combate menos agresivo. Más estratégico. Ye Bi no ha actuado en ninguno de los anteriores así. Precisamente por eso, ha podido tomarla por sorpresa. Veo la mano oculta de Fen Huan detrás de la táctica.

El ataque de su lanza es a duras penas bloqueado por las dos armas a la vez. Aunque de nuevo, es una finta. El verdadero ataque es una patada en el estómago, otra cosa que no había hecho hasta ahora. Su contrincante sale disparada, fuera de la plataforma.

–Ganadora, Ye Bi.

A mi lado, estallan en júbilo. Especialmente ruidosas son Bei Liu y Bi Lang. Aunque también están de pie y aplaudiendo todas las demás. Incluso Tai Feng. Y yo. La verdad es que estábamos todos mirando fijamente. Con inquietud. Totalmente absortos. El repentino desenlace sin duda ha sido estimulante.

Ella se gira y nos sonríe. Respira un poco pesadamente. Ha sido un esfuerzo corto pero intenso. Ignora completamente a su sombra. No sé de qué se queja entre dientes. Él no la ha animado ni aplaudido.

—————

En el siguiente combate, Ye Bi simplemente se rinde antes de empezar. Su anterior adversaria quizás la maldiga para sus adentros, pero tampoco tiene la culpa. El sorteo ha hecho que estuvieran en ese orden. Las reglas del torneo y las circunstancias la han llevado a luchar por el anterior combate y renunciar a este.

Que hubieran decidido empatar entre ellos anteriormente ha llevado a su anterior rival no tener opciones. A no ser que Ye Bi o el que ha ganado sin pelear pierdan alguno de los siguientes combates. No es imposible, pero sí improbable.

Ye Bi de nuevo recibe las felicitaciones de todos. Y me consuela. No estoy seguro si es muy sincera o se está burlando. Todas habían asumido que yo iba a perder después de que Fen Huan lo hubiera dado por casi definitivo. Se ríe cuando le explican que le he dado un puñetazo. Se pone a mirar la grabación con mis pervertidas. Se ríen.

Luego, Bei Liu se queda la grabación. También usa abanico como su rival. La acuso de traidora. Se ríe y me besa.

Los combates de la tarde los gana con facilidad. De hecho, en el último acaba usando todos los talismanes. Ya han acabado las preliminares, y tiene tiempo de sobra para preparar los de la eliminatoria.

Luego, me voy a ser consolado por Bei Liu, Bi Lang y Pen. Fen Huan tiene combate mañana, así que tiene que meditar. Yo ya estoy libre para follarlas hasta que acaban sin resuello.

Luego, voy con las chicas al evento. Tenemos sexo al volver, y me vuelvo a la cabaña de mis pervertidas. 

–Oh… Kong…– se medio incorpora Pen.

–Vaya, te he despertado…–me acerco a ella y la beso suavemente.

Ella sonríe. Me abraza. Y pronto se vuelve a dormir en mis brazos. Las otras dos ni se han inmutado. Totalmente despatarradas sobre la cama.

—————

–¡Mmmm! ¡¡MMMMmm!! ¡Mmmm!

–¿Por qué hacéis tanto ruido?– se queja Bei Liu, soñolienta –¡Ah! ¡Me toca luego!

Se ha despertado de golpe al vernos. Pen está bocabajo. Su cabeza en la almohada. Que muerde para intentar acallar sus gemidos. Su culo alzado. Mostrándome por detrás su vagina. Que es penetrada sin descanso. Resulta excitante ver mi miembro entrar y salir de ella

 Su pelo rubio está desparramado sobre la almohada y su espalda. En parte, pegado sensualmente a la piel por el sudor. Sus pechos, apretados sobre el colchón, sobresalen sugerentes por los lados.

Estrujo sus nalgas con mis dedos. Que vibran cuando las suelto. Puedo sentir el placer cada vez que la penetro. Como las paredes de su vagina frotan contra mi miembro. Como se estremece también ella.

–¿Qué hacéis…? ¡Ah! ¡Yo también quiero!– se despierta entonces Bi Lang.

Bueno, supongo que ya no hay que intentar guardar silencio. La cojo del pelo y tiro su cabeza hacia atrás. Aunque con cuidado de no hacerle daño.

–¡Aaah! ¡Kong…! ¡¡¡Aaaaaahhh!!! ¡Malo! ¡¡Aaaaaahh!!– protesta tras ser azotada en la nalga.

No muy fuerte. Lo justo para que sirva de venganza a ayer por la noche. Para que vibre de nuevo. Se divirtieron a costa mía, a pesar de que tenían que consolarme. Miro amenazante a las otras dos. Luego será su turno. Ellas se ríen. Parecen estar esperando mi venganza.

Me encanta escuchar sus seductores gemidos. Como su vagina me aprieta. Como el perfil de sus pechos rebota fascinantemente. Como me chupa obscenamente los dedos cuando mi mano llega a sus labios.

Suelto mi semen al fondo de su vagina. Mientras ella tiembla descontrolada. Su boca totalmente abierta. Sin poder moverse. Salgo y entro de golpe. Ella se vuelve a tensar. Abrumada por el placer. Y lo hago tres veces más. Llenándola del todo.

Cae sin fuerzas sobre la cama. Jadeando. Llena de mí. Me giro hacia el lado. Es el turno de la siguiente. Aunque primero tengo que sacar a Pen de en medio. La llevo en brazos a su destino.

A Bei Liu le hago abrir las piernas. Las empujo hacia atrás mientras la miro en sus ojos morados. Hasta tocar el colchón con la punta de los dedos de los pies. Sus manos están atadas por detrás con el cinturón de seda de su bata. No es que sea una atadura muy sólida, pero tampoco trata de escapar. Más bien, me mira excitada. Está mojada sin tener que prepararla. Mi miembro se desliza en su interior sin problemas. Con suavidad. Acompañado de su gemido.

La follo sin compasión. Como me insinuó ayer al oído. Su pelo morado sobre la almohada. La cola que suele llevar a un lado acabó ayer deshecha. Y no la ha rehecho mientras nos miraba follar. Estaba demasiado ocupada tocándose.

–¡¡Aaahh!! ¡Asssií! ¡¡Más!! ¡¡¡Aaaaahhh!!! ¡Sssssiií! ¡Aaaaaahhh!

No paro ni cuando se corre. Resulta excitante embestirla sin cesar. Llevarla una y otra vez al orgasmo. Sin que pueda moverse. A mi merced. Totalmente entregada.

Cuando salgo de ella, se tumba de lado. Sus manos se han desatado en algún momento de nuestro frenesí. Algo de semen gotea de su vagina.

En cuanto a Bi Lang, es follada de lado. Una pierna alzada en perpendicular. Que la cojo para apoyarme e impulsarme dentro de ella. Arrodillado frente a ella. Penetrándola hasta el fondo en cada embestida. Su pelo verde pegándose a su cara. Sus ojos cerrados. Su lengua medio fuera de su boca abierta, pidiendo aire. Ni siquiera dice nada. Solo gime y jadea.

La abrazo durante un rato cuando acabamos. Hasta que recobra la respiración. Entonces la cojo en brazos. Hoy no puedo dejarla dormir. Tenemos que ir a ver el combate de Fen Huan.

Así que la llevo a la bañera. Como he hecho con las dos anteriores. Grita cuando la suelto. Y me meto con ella. Compraron una bastante grande. Me tiran agua a la cara. Se ríen.

Acaban aliándose para fregar cada parte de mi cuerpo. En especial mi entrepierna.

–Es tan pequeñito ahora.

–Parece inofensivo.

–¡Qué mono es!

–Pobre, ha trabajado mucho. Necesita descansar.

–Tan animado que estaba antes… Míralo ahora.

–Sí, da un poco de pena.

–Tranquilo, te cuidaremos bien, pequeñín

Si no fuera porque no tenemos tanto tiempo, les desmostraría lo que puede hacer el "pequeñín". Aunque no se ríen tanto cuando me toca a mí limpiarlas a ellas. Más bien, gimen cuando enjabono sus cuerpos desnudos. Cuando froto sus pezones. Sus clítoris. Cuando me aseguro que sus vaginas estén bien limpias por dentro. Que sus nalgas y pechos sigan igual de mullidos.

Se quejan de que las deje a medias. Se lo tienen merecido. Aunque yo también me he quedado a medias.

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