Un rastro de astucia brilló en los ojos de Ethan Smith.
En su corazón, comenzó a formarse un plan.
Delante, el subastador seguía promoviendo enérgicamente la montaña artificial.
Los ojos de Ethan permanecían fijos en la montaña.
—¿Qué, también estás interesado en esta montaña artificial? —preguntó Mike Taylor.
Ethan miró a Mike y dijo:
—Esta no es una montaña artificial ordinaria.
—¿Oh? —Mike alzó las cejas, instando a Ethan a continuar.
Ethan entrecerró los ojos y dijo:
—Si no me equivoco, esto podría ser un artefacto mágico.
Y uno bastante notable a eso.
En otras palabras, lo que el subastador dijo anteriormente no era falso.
—¡Puja inicial, mil millones! —gritó el subastador.
Semejante precio desalentó a muchas personas.
Sin embargo, era después de todo Ciudad del Mar, donde los ricos eran innumerables.
Para los ricos, mil millones a cambio de buena fortuna valían la pena.
