Al girarse, vieron que Evelyn Norton se encontraba delante de Ethan Smith.
Blaine Pitts frunció el ceño y dijo fríamente:
—Evelyn, ¿qué estás haciendo?
Evelyn respondió con una risa ligera:
—Si no fuera por la ayuda de Ethan, nunca tendríamos la oportunidad de conseguir esta Medicina Divina.
—¿No es inapropiado volverse contra él ahora?
Blaine rió a carcajadas:
—¿Evelyn, desde cuándo te volviste tan compasiva?
Evelyn negó con la cabeza:
—No estoy siendo compasiva. Solo espero que al Hermano Blaine se le pueda dar un poco de cara.
—¿Y si compartimos esta Medicina Divina? ¿Qué te parece? —Ethan sugirió.
Al escuchar esto, ¡Blaine se puso aún más feliz!
Parecía que Ethan realmente no podía aguantar más, ¡o no hubiera hecho tal concesión!
Si ese era el caso, ¿por qué molestarse en compartir la medicina con él?
—¡Sigue soñando! —Blaine exclamó indignado—. Vete ahora, y quizás te perdone la vida.
Ethan entrecerró los ojos y preguntó:
—¿Estás hablando en serio?