Después de dar la orden, Ye Lingtian seguía sin sentirse tranquilo. Entrecerró los ojos y presionó un botón que estaba en su escritorio.
Se abrió la puerta y entró un hombre delgado.
—Prepara el helicóptero, voy a la Ciudad de Río esta noche —dijo Ye Lingtian con una voz fría.
Apartamentos Grand City, Ciudad de Río.
Sun Yi podía sentir que los intrusos estaban buscando algo en el apartamento.
Solo podía esconderse bajo la cama y cubrirse la boca firmemente, asegurándose de no emitir ningún sonido.
Pronto escuchó pasos fuera de la puerta de la habitación. ¡Sentía como si su corazón estuviera colgando en el aire!
—Esa mujer debería estar adentro, ¡abran la puerta! —dijo uno de los hombres.
—¡Sí, señor! —respondió otro hombre.
¡Bang! Se escuchó un fuerte golpe, y venía de fuera de la habitación. La habitación entera pareció temblar un poco.