—¡AAAARRRGGGHHH!
El video de su hermana finalmente terminó y el odio y la rabia en el corazón de Erin explotaron mientras gritaba y lanzaba el teléfono a la chimenea.
No sabía qué le dolía más en este punto, que Kate la engañara como una idiota o que hubiera perdido a Henry Grant por una perra fea como Kate.
¡Sin embargo, se sentía tan humillada ahora que no podía esperar para estrangular a Kate hasta la muerte!
—¡Mataré a esa perra! ¡Le daré golpes en el vientre hasta que pierda a su bebé! AAAAAHHHHH —Erin gritó a pleno pulmón para expresar su enfado.
Afortunadamente, no había nadie para escuchar su grito.
Porque estaba atrapada en medio de la nada, sin nada para contactar a la policía o pedir ayuda, y nadie para calentarla.
Sus dientes comenzaron a castañetear por el frío extremo. Así que se acercó a la chimenea para conseguir un poco de calor.
Y ahora, tenía otra preocupación.