—Martín, por favor no hagas esto —suplicó Hazel—. El falso Robin estaba molesto y preguntó, —¿Cómo me llamaste?
Temía que la obsesión de Hazel por él destruyera sus planes ya que ella aún actuaba como lo hacía antes de su huida. La única diferencia era que esta vez, ella no estaba fingiendo ser discapacitada y quería que él estuviera a su lado en todo momento.
La cirugía plástica había transformado completamente a Hazel pero aún no había cambiado su comportamiento, lo cual podría crear sospechas si volviera a encontrarse con Sabrina.
Hazel cerró su mano en puños y reiteró:
—Martín. Tú eres Martín —habló con firmeza—. El falso Robin podría parecerse mucho al original pero para ella, él seguía siendo su Martín y ni siquiera su nueva apariencia podría cambiar eso.