"Viendo la decepción brillar en los ojos de Sabrina, Robin se sintió aliviado de que ella compartiera su frustración por la interrupción. Le guiñó un ojo y le dijo:
—No te preocupes. Lo llamaré después de darte lo que mereces —en un tono seductor. Sabrina se sonrojó, sus mejillas se pusieron de color carmesí.
No respondió verbalmente, pero su sonrisa hablaba volúmenes mientras Robin procedía a darle la experiencia matutina más placentera de su vida.
Después de que ambos se derrumbaran en la cama, jadeando y satisfechos, Robin buscó su teléfono y marcó el número de Devin. Tan pronto como Devin contestó, comenzó a hablar.
—Robin, Matilda quiere pasar tiempo en la villa con Sabrina. ¿Eso estaría bien para ti? —Devin preguntó desde el otro extremo de la línea.
Robin sintió una punzada de molestia ante la pregunta, ya que ya les había informado previamente que eran bienvenidos a visitar la villa en cualquier momento.