—Robin, ¿debería soportar tortura o buscar consuelo? —preguntó Sabrina con frialdad.
Zayla se tensó, el miedo evidentemente en sus ojos. Sabía que Robin haría cualquier cosa para complacer a Sabrina, especialmente desde que había salvado su vida.
Pero ahora, con su mente atormentada por esas horribles experiencias, no podía soportar pasar por ellas de nuevo.
Sus ojos se llenaron de lágrimas, aunque parecía un poco mejor que antes. Ser torturada y luego cuidada para volver a la salud, solo para ser torturada de nuevo, fue la prueba más atroz que había soportado.
Zayla no quería que la cuidaran para volver a la vida; quería morir, pero parecía un deseo imposible.
—Sabrina, por favor, no tienes idea de lo que me han hecho. Por favor, Sabrina, asumo toda la responsabilidad, pero ten misericordia conmigo —rogó Zayla.
Sabrina se sobresaltó cuando vio a Zayla viéndose mejor que Mara, lo que solo alimentó su resentimiento.