Un día antes de la fiesta
—Martín, estoy de acuerdo contigo en que deberíamos abandonar Nueva York por mucho tiempo —dijo Mara—. La empresa estaba en ruinas y la policía seguía buscando a Martín. Sus vidas estaban en peligro y Martín solo podía salir de la mansión disfrazado y con una identidad falsa.
Además, si se iban, Mara tendría a Martín solo para ella y podría contarle sobre su embarazo.
Para su consternación, Martín dijo,
—Cambié de opinión. No me voy sin Sabrina.
Durante los últimos días, siempre parecía frustrado, incapaz de superar su amor platónico de la infancia, pero desconocido para él, sus palabras estaban desgarrando el corazón de Mara en pedazos.
—¿Estás loco? ¿Quieres morir? —Mara ya no pudo contenerse, pero Martin estaba aún más decidido, ya que al principio pudo observar a Sabrina desde lejos, pero con la policía siguiéndolo y todo, se volvió imposible que él tuviera la oportunidad de espiar a Sabrina en secreto y eso lo estaba matando.