La expresión de Robin era fría mientras revelaba sus planes a su mejor amigo.
—No la dejaré salir de la villa, y eso me recuerda, quiero diamantes falsos que parezcan exactamente como los que dejó mi padre.
Daniel frunció un poco el ceño pero sintió que la discusión se volvía cada vez más interesante. Estaba comenzando a querer más a su mejor amigo, ahora que Zayla estaba expuesta.
—¿Para qué quieres usarlos? —preguntó Daniel.
—Para cerrar el capítulo de los diamantes. Si nadie sabe sobre los originales, sería más seguro hasta que Sabrina decida qué quiere hacer con ellos —respondió Robin.
Robin había pensado en los diamantes y sintió que mientras Kennedy y Zayla supieran que existían, podrían seguir intentando o involucrando a otras personas para conseguirlos. Tenía que hacer parecer que los diamantes no existían.