Robin se lo habría dicho a Sabrina. Aunque no abiertamente por Devin, sí en privado. Pero estaba embarazada y no sería correcto que sufriera ataques de pánico por temor a que alguien atentara contra su vida.
Robin ya había cometido el error de insinuarle en la fiesta que tuviera cuidado y no comiera nada.
Su única ambición ahora era aclarar eso en su mente, para que no viviera con miedo. A sus espaldas, él se ocuparía de sus enemigos.
—Ella no hablará. Es la razón por la que comió la comida y parecía bien cuando la dejamos ir.
Cualquiera debería poder interpretar las palabras de Robin para significar que no había veneno como él percibía, pero no Devin.
—Significa que alguien quiere a mi hermana muerta. ¿Qué tal si es esa estúpida novia tuya? —dijo Devin.
Robin estaba muy molesto por la presencia y las palabras de Devin, pero hizo todo lo posible para soportarlo por el bien de Sabrina.