—Brina, ¿sigues enamorada de él?
La inocente pregunta de Matilda hizo que Sabrina soltara los cubiertos. Casi había terminado la comida y tomó un sorbo de agua. Sintiéndose extremadamente avergonzada de que toda su vida haya estado enamorada de un solo hombre que nunca la apreció, deseaba poder mentir pero no se atrevió a hacerlo.
—El amor es lo que me metió en este lío, así que solo haré lo correcto y eso es lo que tengo en mente —dijo Sabrina.
Matilda percibió claramente en su declaración que aunque seguía enamorada de su exmarido, no estaba dispuesta a volver con él debido a todo lo que había pasado.
—Sabrina, Robin ha cambiado —dijo Matilda—. pero Sabrina no lo creía. A lo largo de su matrimonio, Robin la despreció por no darle un heredero y nunca intentó volver con ella hasta después de saber de su embarazo, lo que enviaba el mensaje de que no la amaba sino al niño no nacido.