Lanikea crónicas de un viaje
El mundo actual esta divido por incontables países, unos en guerra, otros en paz. La fortuna no es para todos, y quienes logran llegar a la vejez, sólo unos pocos afortunados, y con relativa buena salud, los son aún menos, supongo que no tengo remordimientos, mi vida nunca fue emocionante, mucho menos sobresalí en algo, haber llegado a los noventa y cinco, creo que ha estado bien, a pesar de las arrugas en mi rostro y la dificultad que tengo para caminar, afirmo que mi corazón siempre, o digo, nunca ha dejado de ser el mismo, el atardecer es hermoso, el aire un poco frio, tengo expectativas, la próxima semana nace el nieto de mi hija, cuando te das cuenta, la vida prolifera y en el trascurso del tiempo son muchas las nuevas caras, con los años he aprendido a observar más detenidamente, me jacto de mi precisa evaluación de la personas, me pregunto qué clase de bebe nacerá, nunca llegare a saberlo, aquel atardecer, en aquella mecedora, en armonía con el movimiento del viento, latiría mi corazón por última vez.