Recuerdo que había estado allí en aquel puente con Trinidad. Había estado luchando con ella contra los humanos y los monstruos que asediaban nuestro hogar. Sabíamos que venían, pero eso no quitaba la inquietud, la preocupación y la adrenalina. Todos queríamos que esta pesadilla terminara, y esta batalla sería la que lo haría posible.
Nunca dudé ni por un instante que ganaríamos esta batalla. Eso podría sonar presuntuoso, pero no me importaba. Era la verdad. Solo estaba siendo honesto conmigo mismo. Sabía que los superábamos en número, y que definitivamente éramos más coordinados que ellos. Esas eran solo hechos simples que hacían nuestra victoria una certeza segura.