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—¡AAAAHHHH! ¡AAAAHHHH! ¡AAAAHHHH! ¡AAAAHHHH! ¡AAAAHHHH! —Me sujetaba la cara y simplemente gritaba una y otra vez. Podía sentir que mi garganta empezaba a desgarrarse y a sangrar por el esfuerzo de emitir esos gritos, pero no me importaba. Simplemente seguía gritando una y otra vez. ¡AAAAHHHH! ¡AAAAHHHH! ¡AAAAHHHH! ¡AAAAHHHH! ¡AAAAHHHH!
—¡TALIA! —Oí que Lex y Rudy me llamaban mientras irrumpían por mi puerta.
—¡AAAAHHHH! ¡AAAAHHHH! ¡AAAAHHHH! ¡AAAAHHHH! ¡AAAAHHHH! —Simplemente continué gritando más y más.
—¿¡TALIA!? —Lex me llamó de nuevo.
—¿¡QUÉ PASÓ!? —Rudy sonaba tan asustado mientras me perseguía.
—¡AAAAHHHH! ¡AAAAHHHH! ¡AAAAHHHH! ¡AAAAHHHH! ¡AAAAHHHH! —No había nada que pudiera hacer para detener los gritos.
—¡TALIA! —Me pareció que Lex había cambiado cuando me vio. Algo en la forma en que se movía y me llamaba había cambiado, pero no sabía qué era—. ¡TALIA, QUÉ TE PASÓ!