—Reece regresó anoche y me contó lo que encontraron en el parque —dijo Trinidad—. Que no era mucho, en realidad. La gente había desaparecido, y sus rastros llevaban a varios lugares. Aunque Reece estaba seguro de saber dónde se alojaba la mayoría de ellos. Sin embargo, algunos se fueron en coche, así que eso fue suficiente para decirles que había otros en el grupo que no se estaban quedando en ese motel de mala muerte.
Además de eso, Reece reprodujo esa grabación megalomaníaca que le habían enviado los chicos que salían con Rika y Alyssa. No es que quisiera reconocer que esas cosas sucedieron en absoluto, pero supongo que no tuve mucha opción. Y bueno, sí necesitaba reconocer que los gemelos ya habían crecido. Ya no eran bebés que necesitaban que los protegiera, no importa cuánto quisiera pensar que sí. Los tiempos estaban cambiando y la vida seguía adelante, para bien o para mal.