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—¿Rika? —susurró Clovio detrás de mí—. ¿A dónde vamos? Clovio preguntó mientras entrábamos en la comunidad cerrada que era hogar de muchos de nuestra gente. Este lugar y la ciudad de Cataratas de Trinidad eran comunidades completamente no humanas.
—V... vamos a mi casa —tartamudeé un poco al mirar hacia la montaña cubierta de árboles que ocultaba el hogar familiar.
