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Trinidad
Había miradas de horror y miedo. Había miradas de ira y rabia. Y había miradas de preocupación y tristeza. Tantos rostros diferentes con tantas expresiones distintas. Y mientras los miraba a todos, intentaba tomar nota de cómo todos respondían a esa noticia.
—¿Cuántos? —la voz de Mamá era firme, pero pude notar que estaba cargada de miedo y otras emociones—. ¿Cuántos asesinatos hubo en California?
—Cinco. A lo largo de la costa. Investigamos cuatro de ellos ayer y uno de ellos hoy —Reece le explicó—. Uno de los asesinos ha escalado en el proceso. No sé si fue uno de los asesinos de los otros continentes o no, pero hizo algo que ninguno de los otros ha hecho.
