—Acabábamos de despedir a los demás —dijo Dietrich—. Se dirigían a California porque los asesinatos habían llegado finalmente a América del Norte. Y, al parecer, los cinco asesinatos más recientes habían ocurrido a lo largo de la costa de California. Quienesquiera que fuesen, comenzaban a aventurarse en más territorio.
—No sé si usaron a los nuevos asesinos en California mientras los otros descansaban por rotación, o si estos asesinatos en los Estados eran los mismos que habían estado causando estragos en los tres continentes a los que ya habían ido hasta ahora. Simplemente no sabía cuál era la situación aquí, así que era difícil pensar en ello.
—Honestamente, había tanto que no sabíamos sobre este caso, a pesar de que llevábamos tiempo investigándolo. Y eso era frustrante. Si no encontrábamos una manera de resolver esto pronto, temía que no podríamos salvar a nadie más de morir innecesariamente.
