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—Zaley, ya eres toda una niña grande. Mírate —los bebés estaban haciendo su tiempo boca abajo con su mamá—. Solo quería decir 'aww' cuando los vi así. Sin embargo, no lo hice porque tenía trabajo que hacer. Necesitaba arrancarla de los niños y sacarla de la casa. Y afortunadamente, mis refuerzos ya estaban aquí. Y con eso me refiero a que me estaban siguiendo a la habitación.
—Trinidad —la llamé para llamar su atención.
—Hola, Reece —ya sabía que estabas aquí. Lo supe en el momento en que empecé a acercarme a la puerta.
—Vamos, vamos a irnos —quería ir directo al grano. Rápido y simple.
—¿Ir a dónde? —por fin se giró para mirarme con ojos curiosos.
—No actúes como si no supieras qué día es hoy, Trinidad —mamá le dijo—. No dejes al chico esperando. Levántate y vamos.
—Sé cuál es la fecha y sé qué día es hoy —le dije a Reece feliz aniversario y le di su regalo—. Entonces, ¿adónde se supone que debo ir?