—Había apartado a su abuelo y hablado con él en Navidad. Quería saber por qué la había tratado de la forma en que lo hizo. ¿Por qué parecía odiar a su única nieta tanto? Lo que me dijo en realidad me sorprendió, pero pensé que lo que tenía que decir debería venir de él y no de mí. Pequeño Conejito merecía esa explicación también, pero no era mía para dar.
—Pequeño Conejito estaba perdida en conversación con sus amigos y familiares, pero por alguna razón, su abuelo solo observaba a distancia.
—Señor Whitton, ¿puedo hablar con usted? —Parecía haberlo tomado por sorpresa, se veía nervioso momentáneamente antes de responder.
—Sí, supongo que es hora de que tengamos una conversación. Después de todo, eres el compañero de mi única nieta. —El hombre actuaba como si le importara, como si no la hubiera hecho sentir miserable toda su vida.
