—¿Cuál es tu plan, Trinidad? —Me preguntó la otra yo mientras miraba a la gente que flotaba boca abajo.
—Estoy trabajando en eso —Intenté no responderle bruscamente, pero no pude evitarlo. En realidad, responderle así era solo yo respondiéndome a mí misma. Solo una parte de mí que actuaba independientemente y me molestaba un poco.
—Para ser justa, Trinidad, tú también me molestas —La otra yo simplemente tenía que tener la última palabra, ¿no es así? —Sí, sí lo hago —Podía escuchar la sonrisita que tenía que estar llevando. Era audible en la suficiencia que tenía en su tono.