—Reece
Ahora que había hecho todas mis llamadas para pedir ayuda, había algo más que necesitaba hacer. Necesitaba contarles a todos, específicamente a la familia de mi Pequeño Conejito, sobre lo que había ocurrido. El único que lo sabía hasta ahora era Noé, y sabía que estaba guardando ese secreto hasta que pudiésemos descubrir algo.
Sabía que no tenía respuestas para ellos ahora mismo, pero necesitaba contárselo. Habían pasado dos días hasta ahora y pronto comenzarían a preocuparse y a preguntarse. Si no tenían noticias de ella o no la veían pronto, comenzarían a sospechar de lo que estaba sucediendo.
Por no mencionar que no podía mantenerlos en la oscuridad al respecto. No me sentiría bien haciendo eso. Sentiría que estaba haciendo algo incorrecto y engañoso. Esa no era la imagen que quería tener a la hora de tratar con mis suegros.