""—Reece
Cuando desperté, pensé que sentía la presencia de mi Pequeño Conejito, no solo su cuerpo sino ella. Cuando me había quedado dormido, abrazándola contra mi pecho, literalmente sentía como si solo estuviera sosteniendo su caparazón, no sentía que ella estuviera allí conmigo en absoluto. Sin embargo, cuando desperté, pensé que finalmente podría estar despierta. Pensé con seguridad que ella estaba allí conmigo, pero me equivoqué.
Cuando abrí mis ojos y finalmente la miré, estaba claro que todavía estaba dormida. No había vuelto conmigo en absoluto y eso me destrozó.
—¿Dónde estás, Pequeño Conejito? —No sé por qué hice esa pregunta. La estaba mirando directamente. Ella solo estaba dormida. Eso era todo. Estaba recuperando todo ese tiempo que no durmió y se estaba agotando. Despertaría pronto.
Comencé a salir de la cama y dejarla allí, pero había algo más que quería hacer. Había algo que habría hecho docenas de veces si lo hubiera sabido antes.
