—Trinidad
No podía creer que ya había pasado un mes. No podía creer que todos estuvieran preparándose para irse hoy. Era un día triste y no quería que se fueran, pero al mismo tiempo, creo que era el momento.
Para empezar, al irse me permitirían volver a trabajar. Podría empezar a buscar a la gente que podría contratar para que me ayuden en mi trabajo. Podría adelantar todo y pasar tiempo con mi familia y asegurarme de que esa voz nunca volviera a molestarme.
—...mueren...tu...huyes...destrucción masiva...tu culpa...asesino...huye...asesino...asesino...tu culpa...destructor...todos muertos...
Esa voz aún no me había dejado en paz. La había escuchado todo el mes. La había escuchado desde que dejé el trabajo para esta visita y estaba segura de que cuando terminara la visita y mañana pudiera volver al trabajo, me sentiría mucho mejor. El estrés disminuiría inmediatamente y me sentiría instantáneamente mejor. Estaba segura de ello.
