—¿QUÉ DEMONIOS ACABAS DE DECIR? —No pude contener ese estallido cuando escuché lo que mi compañera acababa de decir—. ¿Qué quieres decir con que aceptaste su oferta para convertirte en una verdadera Diosa?
—Trinidad, ¿qué pasa? No puedes ser una Diosa —Gloriana parecía tan preocupada y asustada como yo me sentía.
—Trinidad, ¿es esta la diferencia que siento en tu esencia? —Dietrich le preguntó. La habitación entera había prácticamente estallado cuando todos empezaron a preguntarle qué estaba pasando.
—Trinidad, dime que no hiciste algo que eventualmente te lastime. No por mi bien, por favor —Vicente parecía ser el más devastado por esta noticia.
—¿No eres solo la Diosa Encarnada? ¿Cómo puedes convertirte en una verdadera Diosa, Trinidad? No entiendo —Shawn, como Dietrich, probablemente podía notar la diferencia en la esencia de Trinidad pero no sabía lo que significaba como Dietrich.