—Tía Gloria, ¿de qué estás hablando? ¿Qué traición? Todo lo que he hecho es tratar de protegerte a ti y a los demás Fae. No he hecho nada para traicionarte.
—Solo desearía que eso fuera cierto, Trinidad. Me han mostrado la verdad. He visto la prueba. ¿Cómo pudiste hacer esto? ¿Cómo pudiste matar a mi gente? ¿Cómo pudiste matar a mis amigos?
—¿A quién he matado, tía Gloria? ¿A quién se supone que le he hecho estas cosas? No tengo idea de lo que estás hablando.
Estaba parada allí con las manos en mis caderas —empezó ella a llorar—. Claramente no estaba siendo ella misma. Podía verlo en sus ojos. Había la misma mirada en ellos que estaba en los ojos de los guardias. Solo que parecía que Hibisco había puesto más esfuerzo en hechizar a la tía Gloria que en los hombres que custodiaban la puerta.