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Reece
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—¿Qué podría hacer yo que tú no podrías hacer? —oí el asombro y la incredulidad en la voz de mi Pequeño Conejo cuando hizo esa pregunta a la Diosa—. ¿No serías tú, una Diosa, más capaz que yo?
—Aunque eso podría ser cierto en la mayoría de las circunstancias, nosotros, los celestiales, técnicamente no estamos permitidos a interferir demasiado directamente en las vidas de nuestros hijos. Podemos bendecir a alguien y darle la capacidad de hacer algo. Podemos darles sabiduría y dirección. Podemos ayudarlos de muchas maneras. Sin embargo, no podemos actuar directamente por o contra un ser no celestial.