"Trinidad.
Cuando Valeriano me soltó, sus ojos estaban rojos e hinchados por todas las lágrimas que había derramado. Sonreí y reí porque eso era lo que él estaba haciendo.
—Creo que todavía vas a querer ver —reí—. Creo que deberíamos arreglar eso. Convocé mi magia y reduje la hinchazón en sus ojos por él. Sabía que esto también iba a aliviar el agudo dolor de las lágrimas.
—¿Eres hábil en magia? —me preguntó con sorpresa—. ¿Eso significa que esos dos amuletos que hice eran para tus hijos?
—No sabía que los habías hecho, pero sí. Reagan y Rika tenían su equivalente confeccionado por un brujo, pero descubrimos que esos no funcionarían aquí. Ya están usando sus poderes, pero me preocupa que puedan lastimarse.
—Estos pequeños deben ser especiales —sonrió mientras miraba a Reagan con una mirada inquisitiva—. ¿T..t..te importaría si lo sostengo? Hace mucho tiempo que no sostengo a un niño de mi linaje.
