"―Gloriana, ¿qué está pasando? ¿Qué has encontrado? ―preguntó Dietrich tan pronto como la puerta se cerró detrás de Canter―. ¿Hay algo malo?
―No, no es que esté mal. Solo he visto una página de este diario, la del inicio de la relación que tenía esta mujer con su amante Fae, pero si mi suposición es correcta, entonces sé de quién desciendes. ―Había una luz brillante en sus ojos mientras hablaba. La emoción, la anticipación, la maravilla. Era mucho con lo que lidiar, solo esperaba que pudiéramos manejarlo todos.
Nos sentamos en silencio durante varios minutos, esperando al hombre que Gloriana acababa de convocar. Sentía como si el silencio fuera a durar para siempre, y no habría podido soportar eso. Necesitaba decir algo.
―Gloriana, ¿qué son esas cadenas? ―pregunté, solo como una forma de detener la creciente tensión.