—Literalemente tuve que secuestrar a mi esposa para tener una cita nocturna. Eso fue gracioso. Me pregunto qué dirían los chicos sobre eso. Probablemente algo estúpido y malo y no gracioso en absoluto, como:
—Bien hecho Cujo, ¿está tan asustada de estar a solas contigo que necesitas golpearla primero en la cabeza?
Sí, ellos nunca se enterarían de esto, nunca. Les prohibiría a todos hablar de ello. No les dejaría saber. Juro por todo lo maldito en el maldito universo que mataría a quien les cuente que necesitaba secuestrar a mi propia esposa para tener tiempo a solas con ella. ¡MALDITA SEA!
En realidad, ella no intentó detenerme. No dijo DETENTE. Ni una sola vez. No me ordenó que me detuviera o que la bajara. Entonces, en el fondo, supongo que eso significa que quería que la llevara. Ella quería que alguien le quitara la decisión de sus manos y la hiciera ir.