Trinidad
Fue un largo camino desde el garaje hasta la sala del trono donde íbamos a encontrarnos con la Reina de las Hadas. Había muchos pasillos por los que debíamos torcer y girar. De vez en cuando nos cruzábamos con otros en el pasillo. No podía decir si eran residentes o trabajadores en el castillo. Sin embargo, cada uno de ellos nos miraba con asombro cuando pasábamos.
¿Significaban sus expresiones atónitas que iba vestida de manera hermosa o significaba que había fallado por completo y parecía una rarita? Supongo que no lo sabría hasta que hablara con la Reina.