—Acacia
Breon seguía protestando al final de la boda. No paraba de decirme que no había forma de que la Reina Gloriana me permitiera ser la compañera de un lobo. Pero había cosas que él no sabía. Había cosas a las que Breon no tenía acceso simplemente porque no era una mujer.
Por ejemplo, no sabía que mi primo Aaron había estado con un lobo. Él era un diablillo, a diferencia de mí que soy una Dríade, pero ambos somos Fae de la naturaleza y los dos nos apareamos con un lobo. Bueno, Aaron menos apareado y más jugueteó con uno, pero eso es diferente. Ser un diablillo hacía que Aaron fuera un bromista natural.
El mío no fue una broma. Podía sentir a los espíritus de la naturaleza a mi alrededor diciéndome que Cedro era mi compañero. Y solo su nombre encajaba tan bien conmigo. Cedro era un tipo de árbol y mis nombres, Acacia y Aspen, también eran árboles. Literalmente estábamos hechos el uno para el otro.