—No voy a decir que no sabía dónde estaba cuando me desperté. Y no voy a decir que no sabía por qué estaba siendo abrazada en los brazos de alguien cuando me desperté. Recordaba claramente que David se había abalanzado sobre mí en el minuto en que Jackson se había ido anoche. Luego, había procedido a llevarme en brazos a mi habitación y a devorarme. OK, necesito una mejor frase para eso. David se había hecho cargo y luego procedió a follarme estúpidamente. Fue genial.
Estaba recobrando el sentido mientras yacía en sus brazos, el sol asomando por las cortinas despertándome como solía hacerlo. Me sentía satisfecha y adolorida en todos los aspectos correctos. Había sido una noche increíble. David había llevado la iniciativa tal y como me gustaba.
Estaba a punto de estirarme y bostezar, mi forma usual de despertarme, cuando escuché la puerta de mi habitación abrirse de golpe.
—¡¿Es esto una jodida broma?! —escuché a Jackson gritar, rompiendo el silencio y la serenidad del momento.