—Las dos últimas noches fueron, sin lugar a dudas, las dos mejores noches de mi vida. Y teniendo en cuenta que he tenido muchas noches en mi vida, eso definitivamente dice algo. Mi compañera y yo finalmente nos habíamos unido, nos habíamos convertido en uno de la forma más íntima posible.
—Y vaya que mi compañera era expresiva. Después de que él había superado (la mayoría de) su vergüenza, empezó a disfrutar bastante de todo. Luego, cuando descubrimos que teníamos el día libre del entrenamiento al día siguiente, no pude pensar en una mejor manera de pasarlo que recuperando el tiempo perdido.
—Pasamos un día entero y dos gloriosas noches en los brazos del otro y no hay nada que quisiera hacer para cambiarlo. Fue perfecto, especial y cambió la vida. No quería nada más que pasar el resto de mi vida en sus brazos.