—¿Por qué Dietrich tenía que estar de acuerdo con Shane? Ok, no dijo que yo fuera la emperatriz, como lo hizo Shane, pero sí dijo que iba a tener autoridad sobre todos los vampiros como lo hizo Shane. Eso es mucha responsabilidad. No sabía si podría manejar eso. ¡Ay! ¿Qué diablos?
Mientras estaba perdido en mis pensamientos, tratando de evitar que mi mundo se derrumbara o explotara, Dietrich me observaba con una sonrisa en su rostro.
—¿Podríamos ir a algún lugar hoy? —me preguntó, sus ojos llenos de esperanzada aprehensión aunque su sonrisa no desaparecía.
—¿A dónde? —Estaba confundido, ¿a dónde quería ir?
—No he estado en esta ciudad en mucho tiempo. No sé cómo ha cambiado. Puedes mostrarme, lo que es nuevo.
—No ha cambiado demasiado, creo. Durante los últimos años las cosas han parecido bastante iguales a como son ahora, creo.