—Samuel Whitton
La noche que me dijeron que mi nieta fue secuestrada, sentí que mi mundo se derrumbaba. Fue como si alguien me acabara de arrancar el corazón. No podía dejar de pensar que había fallado y que todo era de alguna manera mi culpa.
Intentaron insistirme en que me quedara en casa y dejara el rescate de ella a los jóvenes de la manada. Me negué. Yo iría con ellos a salvarla igual que mi hijo y sus niños. No permitiría que le ocurriera lo mismo que a mi hija. No podía dejar que Trinidad muriera tampoco.
Fui recompensado con la emocionante vista de ver a mi nieta de nuevo. Estaba demasiado lejos para verlo adecuadamente, pero vi que finalmente se había transformado en su forma de loba. Mi nieta es una chica fuerte que lucha. Sabía que su lobo estaba en algún lugar dentro de ella.