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Reece
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Salí de mi oficina y vi a los seis hombres esperándonos. Su primo había visto su primer cambio, así que no estaba tan curioso. Su abuelo lo sabía, pero como estaba envuelta en una manta y cambió rápidamente después, aún no había visto a su lobo, y los ancianos esperaban ansiosos pero pacientemente. Todos me miraron con una expresión expectante mientras salía primero del baño.
—Caballeros, me gustaría presentarles al lobo de mi compañera —mi voz estaba llena de orgullo y afecto cuando dije las palabras.
Observé como Trinidad entraba en la habitación llena de ancianos y su familia. Pensé que podría estar nerviosa, pero se veía tan segura como podría estar. Noé simplemente sonrió con orgullo, sabiendo ya cómo lucía el lobo. La mandíbula de su abuelo cayó mientras decía una sola palabra.
—Hermosa.
Los ancianos la miraban con expresiones extrañas. Parecían estar emocionados, orgullosos, nerviosos y asustados al mismo tiempo.
