—Estabas trabajando hasta tarde —dijo Heather mientras me deslizaba en la cama junto a ella. Se había despertado en cuanto se abrió la puerta, era de sueño ligero—. ¿Fue una noche ajetreada?
—Mucho —le dije mientras me acurrucaba cerca de ella, mi pecho contra su espalda—. Aparte del atentado en el estadio, Trinidad tuvo al bebé.
—¿Qué? —Ella abrió mucho los ojos al girarse para enfrentarme, casi golpeándome la nariz con su mejilla—. ¿Tuvo al bebé?
—Sí, en su habitación. Reece tuvo que atenderla. Al parecer, rompió aguas y luego, supongo que las cosas avanzaron rápidamente desde ahí.
—¡Dios mío, eso es increíble! No puedo creer que haya tenido al bebé. Tengo que ir a verla pronto —ya estaba sonriendo—. Extraño tener bebés alrededor —sonó casi triste al decir eso.