—Señora Gray, si está abierta a la idea, me gustaría discutir la oportunidad que tenemos ante nosotros —la voz del señor Doe sonaba esperanzada mientras llamaba desde el teléfono que estaba sobre mi escritorio.
—Sí, señor Doe, estoy muy interesada en saber qué está pensando. Me pregunto, ¿también puede venir a una reunión en persona? —Me gustaría conocer a este hombre en persona antes de decidir confiar demasiado en él.
—Me hubiera gustado venir con el señor Clarke, señora Gray, pero desafortunadamente no puedo escaparme. Tengo mi trabajo del cual no puedo ausentarme y, como trabajo con el Coronel, no puedo irme sin que él lo sepa. En el momento actual estaré aquí y el señor Clarke será nuestro intermediario —la voz del hombre sonaba como si estuviera lleno de arrepentimiento y remordimiento.