Trinidad
Cuando Reece y yo nos reunimos con muchos de los dignatarios de Europa, los primeros que visitamos debido al momento en que todo ocurrió, notamos que había mucha oposición a lo que estábamos diciendo al comienzo. Fue un poco difícil conseguir que muchos humanos se unieran a lo que intentábamos hacer en ese momento. Y muchos de ellos requirieron mucho más convencimiento que el presidente de los Estados Unidos para aceptar que lo que les estábamos diciendo era cierto.
Sí, todavía hacíamos esa cosa de la puerta mágica en su oficina. Y eso asustaba a mucha gente. Querían saber cómo era posible que hiciéramos tal cosa. Y, hombre, estoy agradecido de haber usado tanta magia en esos días. Incluso cuando visitamos al presidente ese día. Estaba usando tanta que literalmente pude interrumpir las transmisiones de video de las cámaras de seguridad en las oficinas.
