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Trinidad
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Miré cómo todos los invitados a la reunión entraban uno tras otro. Y sí, había tenido que abrir una puerta para Trevor, Tía Gloria, Athair mòr, Carter y Riley, ya que ninguno de ellos vivía tan cerca de nosotros. Sin embargo, no dudaron. Sabían que si los convocábamos, especialmente a través de una puerta, debía ser importante. Tenía que ser algo en lo que necesitábamos trabajar juntos. Y tenían razón al pensar eso. Esto era muy importante.
Una vez más, me alegré de que mi oficina fuera muy grande. Y que tuviéramos un montón de sillas extras que podríamos traer aquí cuando fuera necesario. Esta vez, a diferencia de cuando estábamos lidiando con Jaegan, no agregué mesas extras. Sería una discusión lo más cercana posible a una mesa redonda en este momento.
Vi a todo el grupo tomar asiento en la habitación. Todos me miraban mientras yo estaba sentada en el regazo de Reece. No les era extraño verme en esa posición, pero no estaban acostumbrados a verme tan preocupada.
