—Trinidad —me llamó una última vez y reaccioné de golpe.
—¡Ay! —Salté y lo miré—. Gabriel, ni siquiera noté que estabas ahí. —Él miró la pantalla de la televisión y sonrió antes de comenzar a hablar de nuevo.
—Rawlynne está aquí para verte. Dijo que es urgente y le gustaría hablar contigo de inmediato.
—Está bien —asentí y me levanté de la silla.
—Te está esperando en tu oficina —Gabriel tomó el tazón de mi mano y se lo extendió a Roisin. Noté que sus manos se tocaron íntimamente mientras lo pasaban entre ellos. Era solo una de esas pequeñas cosas que hacían para mantenerse conectados el uno con el otro mientras trabajaban.
—Hmm, supongo que debe ser algo serio, si está en mi oficina esperándome en lugar de subir aquí —dije.