Intento tener un día fuera con todos los niños de vez en cuando. Era un poco difícil con la cantidad de ellos que hay, pero aún así lo manejaba. Normalmente, los llevaba uno a uno para almorzar y hacer algo que querían hacer. Podía ser una película, ir de compras, un salón de juegos, cualquier cosa que fuera actividad de un día, o medio día.
Hoy, estaba llevando a Talia al centro comercial. Quería conseguir ropa nueva e ir al salón. Me había dicho que quería cambiar un poco su apariencia. Algo que sintiera que la representaba un poco más. No me importaba, y como era su cuerpo, era su elección. Podía llevar lo que quisiera, siempre que no fuera revelador y vulgar. Esa era la única regla. Y no era solo Reece quien la aplicaba.