—No había pensado que llegarían tantas personas tan rápido —comentó Talia—. Había algunos invitados para la fiesta esperando que comenzáramos el evento, pero también había un flujo constante de personas que estaban llegando y esperando a que la fiesta comenzara.
Por el momento, estaba parada un poco al lado de mi familia, esperando entrar en la habitación de la fiesta de los niños mayores y ver qué tan bien estaban haciendo los espíritus que habían acordado ayudarme. Sin embargo, después de un momento o dos, mi novio Arturo comenzó a caminar en mi dirección. Estaba emocionada de verlo, así que corrí hacia él. Abrió sus brazos para que pudiera abrazarlo. Incluso puse un pequeño salto en mi paso para que terminara haciéndole que me atrapara mientras saltaba hacia él. Arturo y yo solo habíamos estado saliendo por unas semanas, pero me gustaba mucho. No sabía qué nos depararía el futuro, pero sabía que quería estar con él por ahora.
