Debido a cuán asustado estaba el hechicero por Caña, soltó la esencia de su situación cuando se ofreció a ayudarlo.
Sin embargo, al conocer la verdad, era casi como si Caña hubiera sido el que más lo ayudó, debido a cuán miserable era su vida después de cincuenta años en que el alma maldita se enganchó a él y cuán ansioso estaba por liberarse de ella.
Este viejo hechicero lo engañó astutamente.
Pero entonces, había otra pregunta; ¿por qué el alma maldita tenía algún interés en él?
—Entonces, ¿cómo está relacionado esto con ella? —Caña preguntó fríamente. Iris estaba de pie junto a él, pero él estaba seguro, a pesar de que su rostro estaba casi cubierto con la sudadera con capucha, ella estaba siguiendo la conversación, ya que seguía girando la cabeza, alternando entre mirarlo a él y al hechicero.