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Chapter 4 - Capítulo 3: Entrenamientos

A la mañana siguiente todos bajaron a desayunar con prisa pero con las ideas claras.

―Hoy vuestro padre y yo tenemos que ir a hacer una gestión importante, quedaos en casa hasta que volvamos.

―Vale, yo me voy a ir a entrenar mi hada por mi cuenta ―dijo Mikradak sin levantar la mirada de su desayuno.

―Vale, pues si no le parece mucha molestia yo voy a intentar ayudar a Mikradal a aprender cómo manejar a su elemental adecuadamente ―afirmó Gifug, a lo que su hermano asintió con entusiasmo.

Tras esto y haber terminado de desayunar cada uno se fue por su lado a hacer lo que creía que era lo mejor para la situación

Mikridak se acercó al bosque próximo a su casa con su hada, ya que era conocido por ser un lugar óptimo para cazadores principiantes por el bajo nivel de amenaza de los monstruos. Mientras se acercaba, miró a su primera invocación, a la que había llamado Vafu debido a que significaba creencia en élfico, y este hada reflejaba que sus creencias y la de sus padres le ayudarían a superar todos los muros que se encontrara en el camino que era su vida.

Mientras hablaba con Vafu sobre cuál sería su mejor método a la hora de combatir, se iban adentrando en el bosque en busca de monstruos, ya que el mejor maestro es la experiencia. Al ser un hada de tipo luz, el método de combate más óptimo sería el de cegar a su objetivo antes de inmovilizarlo y atacarle con rayos de luz. Tras un rato de caminar se encontraron con un goblin, uno de los monstruos considerados más débiles debido que, sin entrenamiento, era un monstruo bastante estúpido y con una capacidad de combate bastante reducida.

Al encontrárselo Mikridak se volvió cauteloso debido a que era muy común que los goblins se unieran en grupos, y decidió observarlo un rato desde la distancia. A pesar de su cautela, subestimaba bastante a los goblins debido a su mala fama sin darse cuenta de que uno no debe de menospreciarlos antes de tiempo. Tras unos minutos de observar al goblin recoger bayas, decidió que había observado suficiente y, envalentonado con su hada, decidió acabar con él de frente, considerando que no era digno de morir por un ataque sorpresa. Tras salir de los arbustos, ordenó a su hada que lanzara un rayo de luz a su pierna para reducir su movilidad. Esta cumplió con creces cercenando su pierna con su ataque, y ambos se acercaron orgullosos para acabar con él. Al acercarse mucho y estar a punto de matarlo, vio al goblin cojo sonreír y sus instintos activaron todas sus alarmas, tras lo que agarró a Vafu y se alejó con un salto. Un instante después cinco lanzas de madera atravesaron el lugar donde estaban Mikridak y Vafu hace un momento, y cuatro goblin más salieron de entre las sombras. Entonces ambos se dieron cuenta de que estaban en problemas serios.

Mientras Vafu generaba un haz de luz para cegarlos, Mikridak sacó su espada y acabó con el goblin cojo, tras lo que entró en posición de combate y atacó al goblin que tenía más cerca. Este esquivó instintivamente debido a que todavía seguía cegado, pero no pudo evadir a tiempo y atravesó su pecho acabando con él. Al mismo tiempo Vafu acababa con un rayo de luz con otro goblin dejando solo dos con vida. Al recuperar la visión, ambos goblin vieron a sus compañeros muertos, se dieron cuenta de que su emboscada había fallado y huyeron rápidamente. Elfo y hada no los persiguieron debido a que continuaban en shock por lo cerca que estuvieron de morir.

Tras recuperar un poco los sentidos, Mikridak se acercó a los cadáveres y recuperó los cristales de maná, entonces ambos se sentaron y reflexionaron sobre lo sucedido. Se dieron cuenta de que habían sido muy descuidados, empezando por el hecho de que ni siquiera se habían planteado que era extraño ver a un goblin solo, y la posibilidad de que fuera una trampa. Debido a la fama de ser estúpidos, no habían pensado que pudieran crear tácticas simples, y que no todos los goblin tenían por qué ser tontos, poniendo por ejemplo a los goblins entrenados por cazadores.

Mientras tanto Mikradal caminaba en el jardín delantero de la mansión a la vez que su hermana Gifug le enseñaba sobre los cazadores.

―Antes de nada. ¿Qué tienes pensado hacer como cazador? ―empezó a hablar su hermana.

―No estoy seguro. No sé cómo debería empezar. ―masculló pensativo.

―Puedes unirte a una academia, como yo; o alistarte en una unión de cazadores, como yo también. ―le sugirió su hermana asertivamente ―Conocerías a gente nueva, aprenderás mucho. Seguro que te lo pasarías genial.

―Ya veo. ¿Y qué se hace exactamente en las uniones? ―preguntó Mikradal mientras acariciaba a su invocación.

―Cada academia de cazadores y las casas más prestigiosas tienen su propia unión, en ellas se organizan las expediciones al Otro Mundo, se preparan las defensas en contra de las incursiones, se entrena y se comparten conocimientos.

―Me gusta la idea, ¿y qué requisitos debo cumplir para poder unirme?

―Pues debes unirte a una academia donde tendrás unos años en los cuales estudiarás sobre monstruos, el mundo del que provienen y sus costumbres, así como entrenamiento de combate y supervivencia entre otras cosas, y acabar los cursos establecidos. Tras esto puedes solicitar unirte a una unión donde se hará un examen para comprobar tus capacidades así como verificar que no tienes antecedentes penales, o que te hayan sido revocados.

―Vaya, pues entonces todavía estoy muy lejos de poder llegar a unirme a una

―Efectivamente, pero no te preocupes porque todavía tienes mucho tiempo para pensar en esas cosas, por ahora centrémonos en ayudarte a entrenar. Siendo sincera nunca había visto a ningún elfo usar un elemental de viento, además, como aún no he ido a otros países, mi conocimiento se limita a los salvajes, así que no esperes que te diga gran cosa solo puedo orientarte.

―De acuerdo, no se me ocurre mucho más aparte de lo típico, que es usar sus poderes elementales para imbuir mis armas, que es de gran ayuda porque se puede usar para hacer cortes más afilados o impulsar mis flechas, en principio.

―Te diré una cosa que un instructor me dijo una vez, piensa fuera del cofre, es decir, no pienses en lo típico sino piensa en otras manera de usarlo, ya que las invocaciones tiene muchas formas de usarse.

―Tienes razón... ―Entonces pensó por varios segundos en una idea más novedosa y diferente― ahora que lo pienso, si puedo usar el viento de Taga para impulsar mis flechas, se podrá usar para darme un impulso de velocidad aunque solo sea en línea recta. Tal vez más adelante cuando tenga un mayor entendimiento con él pueda usarlo para hacer giros más rápidos pero por ahora puedo intentar eso.

―Muy bien, has entendido la idea, ahora no intentes muchas cosas a la vez, es mejor centrarse en dominar unas pocas e ir ampliando el repertorio, así que por ahora céntrate en eso, puede ser muy útil para emboscadas.

―Aun así, con el bajo nivel que tenemos, Taga no puede ejercer mucha fuerza, por lo que no podré moverme grandes distancias, por ahora practiquemos el controlar dicho movimiento, aunque sea reducido. Vamos compañero― a lo que el elemental pareció responder elevándose al cielo emocionado por entrenar con su cazador por primera vez.

La zona en la que decidió practicar del jardín era un pequeño bosque donde podría practicar movimientos de corta distancia. La idea del entrenamiento era una carrera, donde Gifug daría inicio a la carrera y Mikradal tendría que cruzar el bosque en un tiempo determinado sin chocar contra ningún árbol. Lo difícil del entrenamiento era que el tiempo impuesto era tan reducido que Mikradal tendría que correr a toda velocidad todo el rato, y Taga tendría que ayudarle con los giros para evitar chocarse pero sin hacerle perder el equilibrio. Este uso de los poderes de Taga además ayudaría a Taga a subir de nivel, aunque esta clase de entrenamientos solo ayudaría a subir de nivel en niveles bajos por la limitada experiencia que proporciona, donde la mayor fuente de experiencia es derrotar y matar monstruos. Todo esto hace que este método de entrenamiento fuera bastante óptimo en este caso.

―¿Estás listo Mikradal? Este entrenamiento va a ser relativamente complejo para Taga, que al ser tan jóven no controla adecuadamente sus poderes, por lo que vas a llevarte más de un moratón cuando acabesーdijo Gifug con un toque de preocupación.

ーEfectivamenteー dijo Mikradal con cara seria mientras se giraba a mirar a su hermana ーpero, si logro dominarlo, ¿todo ese dolor no habría valido la pena ?

Ante la seria mirada de su hermano Gifug no supo cómo responderle, y en ese momento miró a Taga y pensóーEres una invocación muy afortunada por tener un cazador tan trabajador y comprometido con lo suyo, así que espero que no lo estorbes como piensan nuestros padres o seré yo la primera en oponerme a que continúe contigo.

Tras esto comenzó la primera carrera. Tras oír el aviso de Gifug de comenzar, Mikradal salió corriendo con todas sus fuerzas hacia el bosque con Taga siguiéndole a una corta distancia. Tras unos segundos Mikradal vio en su línea de visión los primeros árboles y dió una orden mentalmente a Taga para que lo imùlsara ligeramente a la derecha, a lo que le siguió una ráfaga de viento que le hizo perder el equilibrio y caer al suelo. Tras esto se levantó a toda prisa pensando en su primera experiencia de dar una órden mental ,que es algo que solo un cazador y su invocación inicial pueden lograr sin obstáculos, y siguió corriendo. Tras unos minutos de correr y golpearse, ya sea por caerse al suelo o chocarse con un árbol, salió finalmente del bosque. Al acabar, tanto elfo como elemental se tumbaron al suelo jadeando porque este ejercicio había exigido mucho de ellos, además de que Taga era un monstruo con apenas un día de existencia. Tras estar unos minutos recuperándose, ambos se levantaron del suelo y Mikradal dijo a su hermana con una mirada firme ーOtra vez por favor, esta vez lo haremos mejor.