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El abuso de sustancias existía desde hacía mucho tiempo. Aún sucedía con una frecuencia alarmante, incluso durante la Era de los Mecas, a pesar de tantas y tantas medidas para intentar erradicarlo.
En estos días, el enfoque en el uso de estimulantes y drogas principalmente caía en dos categorías: sustancias recreativas y sustancias que mejoran el rendimiento.
Dejando de lado la fuerte demanda de sustancias recreativas, muchos humanos constantemente hacían uso de estimulantes para mejorar el rendimiento en su vida cotidiana.
Desde estudiar intensamente para un examen próximo, hasta rendir más vigorosamente en el trabajo, los estimulantes para mejorar el rendimiento llenaban una necesidad muy desesperada de humanos que ordinariamente carecían de confianza.
