"La próxima carga tenía el potencial de acabar con el duelo. ¡El ímpetu que la Lanza Evaporadora había acumulado tras sucesivas cargas fallidas había alcanzado un nivel aterrador!
Esto hizo que fuera más difícil para él cambiar de rumbo, pero también forzó a la Rosa de la Redención a empezar a esquivar antes, ¡por si se movía demasiado tarde!
En esencia, la batalla se convirtió en un juego de predicción. ¿Podrían el Acólito Gien y la Acólita Evie adelantarse mutuamente? Hasta ahora, Evie logró esquivar a su mecha en una dirección diferente a la de su oponente, pero en los juegos de azar, una racha de suerte siempre llega a su fin.
El momento decisivo se acercaba. Tanto Gien como Evie estimularon su voluntad de vivir, lo que les permitió luchar contra el dolor de los nervios sobrecargados para ejercer control sobre sus mechas.